En nuestro objetivo de ofrecer un consejo farmacéutico integral y promotor del autocuidado, hemos preparado unas recomendaciones para cuidar la salud en verano.
Protección solar
La protección frente a los rayos ultravioleta es muy importante durante todo el año, pero especialmente en verano.
Es esencial elegir el factor de protección solar adecuado a cada tipo de piel, teniendo en cuenta también la edad y el tipo de exposición.
En el caso de los niños, se recomienda no exponerlos al sol los primeros meses de vida y en los primeros años optar por filtros minerales, que a diferencia de los químicos no son absorbidos por la piel, sino que actúan a modo de pantalla.
Ten en cuenta que algunos medicamentos hacen que tu piel sea más sensible. Producen una reacción con los rayos ultravioleta, con efectos similares a los de una quemadura solar.
Entre los grupos de medicamentos fotosensibles destacan: anticonceptivos, algunos antibióticos, antihipertensivos, antiinflamatorios, antiacnéicos, antidepresivos, antiulcerosos, antihistamínicos, antifúngicos, diuréticos y corticoides de uso tópico, entre otros.
Alimentación – Hidratación
Aproximadamente el 60% de la población experimenta un aumento de peso en vacaciones. La disminución de la actividad deportiva y la relajación en los hábitos alimenticios saludables, con un mayor consumo de alimentos ultraprocesados y un aumento en el de alcohol, helados y aperitivos están detrás de esta subida de peso, que oscila entre los 3 y los 4 kilogramos en la mayoría de los casos.
Opta por alimentos de temporada: verduras, hortalizas y frutas frescas de verano, bajas en calorías y ricas en agua, fibra y antioxidantes. Procura tomar más pescado y menos carne y apuesta por cocciones más ligeras: plancha, parrilla, papillote, salteados…
Procura que tus picoteos sean lo más saludables posibles y sigue una rutina en los horarios de las comidas.
Mantente hidratado, bebe al menos dos litros de agua cada día.
Cuidado de ojos y oídos
El sol y, sobre todo, el uso continuado de piscinas comunitarias hace que en verano se multipliquen las infecciones de ojos y oídos.
El cloro, el aire acondicionado y el sol son los grandes enemigos de la salud ocular en verano.
La exposicion solar puede acelerar la aparición de cataratas y DMAE (degeneración macular asociada a la edad) y producir fotoqueratitis (quemaduras oculares) e, incluso, melanoma ocular.
Otros de los trastornos frecuentes en verano son los ojos rojos, por la irritación del cloro, y el ojo seco, por el calor y el abuso del aire acondicionado. Para tratar sus síntomas puedes utilizar lágrimas artificiales.
En Farmacia Ildelina Blanco te informamos sobre cómo cuidar tus ojos, ¡pregúntanos!
Prevención de infecciones (cistitis, hongos…)
El calor y la humedad hacen que las infecciones sean más frecuentes en verano. Sobre todo las cistitis o infecciones de las vías urinarias, mayoritariamente en mujeres, y los hongos, como el “pie de atleta” o tiña podal y la tiña de uñas.
Para prevenir las infecciones en los pies, se recomienda utilizar chancletas en todo momento en las piscinas e instalaciones de uso común.
Otro consejo a tener en cuenta es secar adecuadamente los pies, mantenerlos limpios y utilizar un calzado adecuado, que permita su transpiración en estos meses de calor.
Ejercicio y descanso
Para garantizar un verano saludable deberíamos mantener también unos hábitos adecuados de ejercicio y descanso. Aprovechando el buen tiempo para realizar deporte al aire libre, eso sí, evitando las horas centrales del día y los picos de calor. Procura no hacer deporte inmediatamente antes de acostarte porque esto dificultará el sueño.
En verano es habitual que el descanso se vea alterado también por el calor y los cambios en los horarios. Para evitarlo, procura mantener unas rutinas en los horarios de acostarte y levantarte, evita las siestas de más de 30-40 minutos y mantente hidratado y lo más fresco posible (duchándote antes de acostarte si hace mucho calor).
¡Disfruta del verano pero sigue cuidándote!